En esta oportunidad el actor encarna a Yanga, un líder libertario pacifista|Pedro Durán interpreta al personaje más profundo de su carrera cinematográfica en Azú

Pedro Durán lleva 39 de sus 64 años dedicados a la actuación. En ese tiempo ha trabajado en 35 largometrajes,10 de ellos dirigidos por Román Chalbaud, dos por César Bolívar y otros tres por Luis Alberto Lamata. Con este último acaba de finalizar la interpretación de Yanga, en la película Azú, el personaje de mayor profundidad y rango protagónico en su carrera cinematográfica.

Azú, producida por la Villa del Cine, cuenta una historia de 1780, cuando un grupo de negros esclavos se escapa de una hacienda de caña de azúcar en busca de un cumbe. En este contexto, Durán comparte con un grupo de jóvenes actores como Juvel Vielma (Don Manuel Aguirre), Flora Sylvesrte (Azú) y Maryelis Rivas (Ventura Mandinga), entre muchos otros. De la vieja guardia destacan los nombre de Carmen Francia y Antonio Machuca.

“Pedro (Durán) es un intérprete que yo respeto mucho. Es un gran actor de cine, televisión y teatro. Creo que una de las actuaciones más hermosas que se han hecho en el cine venezolano fue la que él hizo en la película Pequeña revancha, de Olegario Barrera. Ha estado en casi todas mis películas, es un actor con el que disfruto mucho trabajar”, comentó Lamata en entrevista con el Correo del Orinoco, días antes de comenzar el rodaje de Azú, que duró cerca de nueve semanas.

LIBERTAD DEL MÁS ALLÁ

Luego de morir en la guerra como el cabo Cupo, de Desnudo con naranjas, justo antes de liberarse de una maldición infernal, y después de ser degollado encarnando Sebastián, en Taita Boves, en esta oportunidad el destino de Yanga no parece ser muy distinto.

“Construí ese personaje -dijo- sobre la base de que hay una mejor vida más allá de la muerte”, pero esto es algo que no lo entienden los muchachos que lo acompañaron en el rodaje. Para Durán la muerte viene siendo “como una liberación, como algo que le traerá alegría”, adelantó.

Por una parte, explicó el actor, Yanga se muestra como un hombre tranquilo y sumiso, pero al mismo tiempo temido por los amos en virtud de su dominio y apego a las costumbres religiosas ancestrales africanas, usualmente vinculadas a la magia.

Pero a pesar de esa sumisión el oprimido es al mismo tiempo un líder libertario, pacifista que en lugar de las armas utiliza los rezos y otros rituales. Es un ideólogo que adoctrina a los otros esclavos para luego conducirlos hacia la libertad representada en el cumbe (pueblo de negros fugitivos).

Yanga, como Moisés, según comparó el actor, lanza a su grupo en una aventura guiada por su Fe hacia la liberación, pero en este caso desde sus propias creencias. “Él no aceptaba sino lo de él, que es puro, pero para el catolicismo que reinaba en su época, era un hereje por revelarse contra el status quo de su tiempo”.

El personaje no está basado en ninguna figura que haya existido realmente y fue necesario crearlo desde cero. “Cuando me dieron el personaje fue como si me sacaran una piedra que tuve que tallar”, confesó el artista.

RACISMO Y DESTRUCCIÓN

Además de retratar un trozo de nuestro pasado que normalmente es ignorado en la forma como se ha venido contando nuestra historia, la película Azú, a decir de Pedro Durán, llama a la reflexión sobre algunos aspectos negativos que se mantienen luego de tres siglos.

Un racismo ni tan soterrado y un estilo de vida incompatible con la naturaleza denunció este artista «no como Yanga, ni como actor, sino como persona, como Pedro Durán”, insistió.

Colocó como ejemplo Bilongo (Miranda), donde se realizó parte del rodaje, un pueblo que aún permanece desde los primigenios cumbes. “Y sólo por eso ese pueblo siempre ha sido satanizado, dicen que lo único que hay ahí es brujería. Yo comprobé que no es así”, sostuvo. En este mismo orden de ideas se refirió al río Bilongo, uno de los más limpios “hasta que llega a Higuerote y se contamina. Es un santuario pero parece que no lo queremos”. “Lo que está pasando ahorita no ha cambiado nada desde hace 400 años”. “Si seguimos con la exterminación de especies autóctonas no vamos a tener libertad”, reflexionó.

T/ Luis Jesús González Cova
F/Héctor Rattia

La caracterización que ha hecho mi camarada y amigo Pedro Duran del mistico Yanga, es una de las mejores actuaciones que he visto en mi vida. La profundidad histrionica que Pedro imprimió a su personaje, practicamente hecho sobre sus hombros la trama del film.

Inexplicablemente, tal prodigio de actuación, pasó por debajo de la mesa para los sempiternos «criticos» y sesudos de la cinematografia venezolana. Recomiendo distribuir este film (AZÚ) en los paises africanos y europeos y veran como llueven los premios al Director, a Flor Silvestre y al gran Pedro Duran, ejemplos de sencillez y capacidad artistica sin parangón…

JOSE PERAZA (CB)

  • La interpretación más brillante de el gran señor de la actuación DON PEDRO DURAN, es un orgullo contar como Venezolanos con un actor de la trayectoria y la talla de DON PEDRO felicitaciones y que siga cosechando éxitos

    VÍCTOR ISEA