Presencia de EE.UU. crece en la región|Pentágono utiliza la guerra contra las drogas como excusa para construir más bases en Latinoamérica

Bajo los auspicios de la guerra contra las drogas, Estados Unidos está regresando a su patrón histórico de utilizar a Centroamérica y el Caribe para sus propósitos estratégicos y militares.

A pesar de que un creciente coro de voces en toda América Latina sostiene que las respuestas militares al tráfico de drogas no son efectivas en contra del comercio de narcóticos y agrava los abusos contra los derechos humanos y la corrupción oficial, la presencia militar de EE.UU. en la región está creciendo.

La construcción de bases militares estadounidenses en Centro y Sur América se ha duplicado en los dos últimos años, mientras continúa la intensificación de EE.UU. en bases militares de Colombia, a pesar de un fallo judicial de una corte colombiana el pasado verano que acabó con el acuerdo para el uso de las bases por parte del Gobierno de Barack Obama

La construcción de instalaciones militares está programada para este año en Guatemala, Nicaragua, Ecuador y Belice, financiados desde una cuenta para la lucha “contra el narcoterrorismo” operada por el Comando Sur de EE.UU., el brazo de operaciones del Pentágono para Latinoamérica, según los planes del Cuerpo de Ingenieros del Ejército.

Pero las inversiones más grandes del Pentágono están en Panamá y en la base aérea estadounidense en Soto Cano, Honduras.

El Congreso autorizó una ampliación de fuertes de 25 millones de dólares para los soldados de infantería en un fondo de EE.UU. en Soto Cano, Honduras. que sirvió como estación de paso para el avión que sacó del país al presidente Manuel Zelaya durante un golpe de estado en 2009, según un cable filtrado del Departamento de Estado.

El Pentágono también está construyendo bases, generalmente bases navales, en otros lugares a lo largo de la costa de Centroamérica, y conduciendo interminables ejercicios y entrenamientos de infantería en la región.

Hasta en El Salvador, EE.UU. dirigirá una gran práctica de las Fuerzas Especiales en junio, con la aparición de las infanterías de 25 naciones.

El Pentágono está también conceptualizando y construyendo una residencia resplandeciente de 665 mil dólares para la infantería de las Fuerzas Especiales estadounidenses en El Salvador, que culminará en agosto.

El gobierno de EE.UU. tiene la intención de utilizar la ayuda total de 100 millones de dólares del año fiscal 2011, el cual comienza en octubre, según su propuesta presupuestaria, que debe ser aprobada por el Congreso.

La construcción de una base estadounidense no necesariamente significa que Estados Unidos tendrá derechos de la base o mantendrá personal ahí. Pero es un activo de inteligencia para conocer en detalle la base militar de otra nación, y contribuye a la “inter-operabilidad”, es decir, a la integración de fuerzas armadas.

Hay un creciente coro de voces, entre ellos ex presidentes de América Latina, así como también mexicanos hartos del paradigma de la guerra, quienes afirman que las respuestas militares a los traficantes de drogas sólo están empeorando el problema. La pregunta es, ¿cómo responderá la sociedad civil de Latinoamérica y EE.UU. a la creciente intensificación militar de EE.UU.?

El Comando Sur es uno de los cinco comando militares más importantes del Pentágono. Tiene la responsabilidad de vigilar, espiar y controlar a 19 países en Latino América.

En el año 2000, el Pentágono diseñó un nuevo plan de control militar sub-regional, conformado de bases militares estadounidenses. Ellas están ubicadas a lo largo y ancho del continente, específicamente para controlar y monitorear a Latino América.

Fuente/ PressTV
Traducción/ Ivana Cardinale
Foto/ Web

El problema no está en USA sino en nuestros países ¿Somos soberanos o no? Es cirto lo que sentenciara Bolivar, que «… parecen estar destinados por ….» pero tambien las naciones latinoamericanas parecieran estar resignadas a permitirlo.