El argentino Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz, estimó este viernes que la muerte del dictador Jorge Rafael Videla solo cierra un ciclo de la historia de la nación.
En diálogo con el programa Lo malo de ser bueno, de la emisora radial La Once Diez, el defensor de los Derechos Humanos, subrayó que esa muerte «va más allá del general Videla, es una política que se implementó en todo el país y en Latinoamérica».
Su fallecimiento no debe alegrar a nadie, tenemos que seguir trabajando por una sociedad mejor, más justa, más humana, para que todo ese horror no vuelva a ocurrir nunca más, enfatizó.
Esquivel, igualmente luchador por el Derecho de Autodeterminación de los Pueblos, calificó a Videla, de 87 años, de un hombre que pasó por la vida haciendo mucho daño y traicionó los valores de todo un país.
Creo que para aquellos que cometieron crímenes de lesa humanidad, después de muchos años y décadas se lograron abrir los archivos de la impunidad y la represión. Ahora la Justicia debe seguir investigando qué paso, expresó.
Al recordar su largo período de 28 meses en las cárceles de la dictadura del fallecido general que no lo acusó ni le celebró juicio alguno, «soy un sobreviviente de los vuelos de la muerte».
El destacado intelectual recibió el Premio Nobel de la Paz en 1980 por su incansable trabajo en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz.
Al momento de su fallecimiento, el general Videla era juzgado entre otros delitos, por su abierta participación en el Plan Condor, orquestado por la CIA (Agencia de Inteligencia estadounidense) con la presencia de los regímenes dictatoriales del Cono Sur durante las décadas de los años 70 y 80 del siglo pasado.
Ocupó la presidencia de su país entre 1976 y 1981 durante la dictadura autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, que se inició con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. Además fue Jefe del Ejército argentino entre 1975 y 1978.
Tras la recuperación de la democracia argentina en 1983, Videla fue juzgado y condenado a prisión perpetua por numerosos crímenes de lesa humanidad cometidos durante su gobierno.