El Comité de Seguridad en el Fútbol Argentino decidió este miércoles clausurar sectores de los estadios de River Plate y Boca Juniors ante el incumplimiento de medidas de protección en los últimos encuentros disputados en esas canchas.
Acorde con la comunicación de esa entidad, River recibió la sanción más dura pues le obligaron a clausurar toda la tribuna Centenario alta, debido a las revueltas durante el llamado superclásico ante Boca, que le ganó 1 a 0 el pasado 6 de octubre por la décima fecha del torneo Inicial del 2013.
Pese a que la gerencia del equipo presentó un descargo, no pudo evitar la clausura de la totalidad de la Centenario alta. Tal medida se suma al cierre, precisamente para ese partido ante Boca de la platea de ese sector del estadio Monumental, con capacidad para mil 710 personas.
La franquicia tiene ahora hasta el 23 de octubre para cumplimentar una serie de requisitos, antes que una comisión técnica realice una inspección para comprobar que el sistema de ingreso al estadio contemple el adecuado funcionamiento de todos los molinetes existentes en la cancha.
A Boca el organismo de Seguridad del Fútbol le clausuró la tercera bandeja sur, sector de donde se lanzó la bomba de estruendo que cayó muy cerca del arquero de Rosario Central Mauricio Caranta en la igualdad (1-1) del pasado domingo.
Por esto -y otras anomalías- se le abrió, al igual que a River, un sumario.
Autoridades del Ministerio de Seguridad de la Nación anticiparon que en el marco de la sustanciación del sumario se puedan establecer nuevas sanciones, todo ello dependiendo del cumplimiento de las medidas y los requerimientos que el Comité de Protección efectuó.
Los actos de violencia asociados al fútbol prosiguen, sin embargo, y el servicio informativo MinutoUno da cuenta hoy de serios incidentes en la localidad de Vicente López durante el cortejo fúnebre de Fernando Morales, alias «Pocho», jefe de la barra del equipo Colegiales muerto en un confuso episodio.
Decenas de barrabravas que participaban en el acompañamiento del féretro se cruzaron con la policía apostada para conservar el orden, mientras los comercios cerraron ante la probabilidad de destrozos y saqueos.