La Plaza Caracas, ubicada en la Parroquia Catedral del Municipio Bolivariano Libertador, tiene una extensión de 12.000 metros cuadrados y es una de las más grandes de la ciudad capital.
Allí está la estatua de Simón Bolívar denominada “El Genio”, una escultura del artista español Victorio Macho.
En la década de los años 90 fue utilizada por la economía informal hasta que el presidente Hugo Chávez en 2008 ordenó su desalojo y la Alcaldía del municipio Libertador tomo posesión de ella para reconstruirla y rescatarla para los caraqueños.
A siete años de esta acción positiva para el ambiente de la ciudad, la situación ha empeorado de tal forma que nadie se ocupa de esa área emblemática de la capital.
Si una persona camina desde la Plaza Diego Ibarra, la cual se mantiene en buenas condiciones, se encontrará a su paso que el pedestal de la estatua está roto y sirve de asiento a las personas que deseen hacerlo.
El primer impacto es que por allí circulan libremente los motorizados y algunos vehículos que la atraviesan para conectarse con la Avenida Baralt. El sucio y el olor son impresionantes, con bolsas de basura acumuladas en cada esquina.
Las baldosas están rotas y nos comentan que han visto personas rompiendo el pavimento para llevárselas, sin que alguna autoridad impida su labor destructiva.
Los parques, plazas y otros espacios públicos pertenecen a la ciudadanía y la autoridad no puede permitir que se privaticen, los conviertan en mercados libres o refugio de la delincuencia.
La inversión social utilizada para el mantenimiento de esos sitios no es algo desdeñable y nos compete cuidarlos a todas las personas que las utilizamos, así como el reclamo a las autoridades a quienes les compete resguardarlas en beneficio de la sociedad.