La policía antidisturbios de Francia se han enfrentado este martes a los trabajadores del sector ferroviario que se encuentran en huelga desde hace una semana.
Los agentes del orden público han utilizado gases lacrimógenos para dispersar a varios cientos de manifestantes que intentaban acercarse al edificio del Parlamento galo ondeando banderas sindicales rojas y disparando bengalas.
La huelga del transporte ferroviario, que empezó el pasado 10 de junio en Francia, cumple este martes una semana.
El paro de los trabajadores ferroviarios de Francia fue prolongado 24 horas más por los sindicatos de la Confederación General de Trabajadores (CGT) y Sud-Rail, que representan a más del 50 % de los sindicados.
Pese a la amenazas de prolongación de la huelga por los sindicatos centrales, el secretario de Estado francés de Transporte, Frédéric Cuvillier, ha anunciado este martes que el Gobierno del presidente francés, François Hollande, está “dispuesto a ir hasta el fin” con la reforma.
El Gobierno francés pretende mantener el proyecto de reforma ferroviaria que tiene como objetivo estabilizar la enorme deuda del sector ferroviario (44.000 millones de euros) y preparar su apertura total a la competencia.
En este marco, el primer ministro francés, Manuel Valls, en una entrevista concedida el lunes a la radio, desestimó la huelga de los trabajadores del sector ferroviario, declarando que la reforma es “imprescindible” y este paro “no es ni útil ni responsable”.
El jefe de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles gala (SNCF, por sus siglas en francés), Guillaume Pepy, informó también el lunes que la huelga ha provocado una pérdida de entre 80 y 100 millones de euros.