Los seres vivos tenemos ritmos circadianos que se establecen por medio de la luz solar, con lo cual se generan horarios que regulan cuestiones como el sueño y el metabolismo. Sin embargo, gracias a la creación de la luz artificial, éstos se ven dañados causando problemas en los organismos.
Debido al uso de la electricidad, nuestros horarios han cambiado. Ya no sólo se puede trabajar durante el día, sino también durante la noche. No obstante, trabajar de noche afecta al cuerpo causando daños irreversibles, advierten investigadores.
Científicos del Centro de Investigación del Sueño en Surrey, Inglaterra han descubierto que la perturbación del reloj biológico (como cuando se trabaja de noche o cuando se viaja a otro país con un huso horario distinto) produce daños moleculares profundos.
El turno nocturno se ha relacionado con las tasas más altas de diabetes tipo 2, ataques al corazón y cáncer. Los expertos aseguran que el nivel, la velocidad y la gravedad de los daños causados por permanecer despierto por las noches son sorprendentes, perturban las hormonas, la capacidad atlética, el estado de ánimo, la función cerebral y la temperatura corporal, entre otras cosas.
El estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, siguió a 22 personas (hombres y mujeres de 22 a 29 años) que cambiaron su rutina diurna por una nocturna. Los participantes permanecieron en el centro de estudios de la Universidad de Surrey, donde las condiciones de luz fueron controladas.
Durante tres días, el ciclo de sueño de los individuos fue invertido, por lo cual los sujetos se encontraban fuera de sincronía. Esto se diseñó para simular condiciones severas de jet lag o trabajar un turno nocturno. Los análisis sanguíneos mostraron que un 6% de los genes (1,396) se encuentran sincronizados para ser más o menos activos durante ciertas horas del día. Pero, cuando los voluntarios cambiaron su trabajo por la noche, el ajuste genético se perdió.
Ninguna de las personas fue privada de sueño. Tuvieron suficiente tiempo para dormir. Nuestro objetivo era desenredar los efectos del reloj biológico y los efectos del sueño. Si no se sincroniza el sueño de tu reloj biológico con el jet lag o el trabajo por turnos, muchos procesos se ven afectados, en cuestión de tiempos cuando las cosas suceden. Más del 97 % de los genes rítmicos están fuera de sincronía con el sueño a destiempo, y esto explica realmente por qué nos sentimos tan mal durante el desfase horario, o si tenemos que trabajar en turnos irregulares. Dormir en la hora incorrecta es malo. Sabemos que tiene un efecto masivo en la organización temporal de la expresión genica y que debe vincularse con resultados negativos”, dijo Simon Archer, autor del estudio.
Uno de los hallazgos más sorprendentes es que el jet lag y el trabajo nocturno tienen un efecto similar en la actividad de los genes del envejecimiento. Cuando las personas envejecen, el ascenso y la caída diaria de la expresión génica se hace menos pronunciada.
Por otra parte, John Hogenesch, experto en los efectos de los relojes circadianos en la fisiología de la Universidad de Pennsylvania, dijo que tal perturbación de la actividad génica puede afectar al funcionamiento de los medicamentos. Muchos medicamentos funcionan correctamente sólo si se toman en el momento adecuado. Por ejemplo , Mevacor, medicina contra el colesterol elevado, trabaja mejor en la noche y lo mismo ocurre con el uso de dosis bajas de aspirina para bajar la presión arterial.
A su vez, otros estudios han demostrado que los trabajadores del turno nocturno quienes duermen muy poco en el momento equivocado del día pueden aumentar su riesgo de diabetes tipo 2 y obesidad. Otros análisis sugieren los ataques cardíacos son más comunes en los trabajadores nocturnos.
El trabajo por turnos y el jet lag se asocia con efectos secundarios negativos y consecuencias para la salud. Ellos aparecen después de varios años de trabajo por turnos. Creemos que estos cambios en los patrones rítmicos de la expresión génica es probable que estar relacionado con algunas de estas consecuencias para la salud a largo plazo”, explicó el Profesor Dijk.