El 19 de Abril de 1810, con la deposición del gobernante español Vicente de Emparan, último Capitán General de nuestro período colonial, asumió la autoridad de las Provincias de Venezuela una Junta Suprema, constituida por miembros del Ayuntamiento caraqueño, a la que fueron incorporados representantes del clero y los pardos.
CUATRO PERSONAJES
En los acontecimientos del 19 de Abril desempeñaron roles de importancia Juan Germán Roscio, José Félix Sosa y Martín Tovar Ponte. Sin embargo, fueron cuatro los personajes cuya actuación resultó fundamental para los cambios políticos a los que se dio inicio en esa fecha. Uno de ellos fue Francisco Salias, quien, a la entrada de la Catedral de Caracas, encaró a Emparan con audacia, conminándolo a regresar al Cabildo. Salias hizo esto sin saber qué reacción tendría la tropa que escoltaba al gobernante.
El clérigo José Cortés de Madariaga, es otra de esas figuras. Llegado el momento, procedió de modo decisivo para desligitimar la autoridad de Emparan. Y están los próceres José Félix Ribas y Vicente Salias, por su capacidad para organizar y colocar ese día a grupos de agitadores en puntos estratégicos de la Plaza Mayor, que contribuyeron a que Emparan reconociese su pérdida del poder.
DE 1795 A 1808
Cuatro fueron los momentos de grandes tentativas para despojar a España de su poder sobre Venezuela. El primero, la insurrección de José Leonardo Chirinos, zambo libre que se alzó en 1795, en la sierra de San Luis, Provincia de Coro y quien recibió escaso apoyo de la población esclava que quería liberar. En el mismo sentido se inscribe la Conspiración de Manuel Gual y José María España, en Caracas y La Guaira, abortada por una delación ante el Capitán General Pedro Carbonell El tercer momento lo encarnó Francisco de Miranda y sus incursiones de 1806 en Ocumare de la Costa y la Vela de Coro.
Y el cuarto momento se dio el 24 de noviembre de 1808 con la ‘Conspiración de los Mantuanos’, cuando el Conde de Tovar, el Marqués del Toro y Antonio Fernández de León entre otros, piden al capitán General Juan de Casas ” la formación de una Junta Suprema en Caracas”, sin lograr sus resultados. En las movilizaciones previas a a la representación del 24 de noviembre, entregada a Casas, se produjeron inusitadas movilizaciones de calle, encabezadas por los jóvenes Diego Jalón, José Félix Ribas, Manuel de Matos Monserrate, Diego Melo Muñoz, y José Martín Tovar Ponte.
EL ACTA DE ABRIL
El acta elaborada en la sede del ayuntamiento de Caracas aquel 19 de abril de 1810, recoge el doble significado de la jornada: de una parte, se trataba de una decisión de deponer a la autoridad peninsular, apelando a motivos de circunstancias, como la alteración del pueblo de Caracas ante los sucesos que en Europa mantenían al legítimo monarca, Fernando VII retenido por Napoleón Bonaparte. Y de la otra, guardando la apariencia de legalidad en los términos de la Colonia y los principios que sustentaban la autoridad y la reposición al pueblo de soberanía cuando no se encontrase el monarca, según se desprendía del Derecho medieval contenido en las Siete Partidas.
Así, procurando el mayor provecho de la turbación generada en las Colonias desde 1808 por el Motín de Aranjuez, los criollos de Caracas decidieron actuar y, con apoyo de grupos de pobladores en la Plaza Mayor –a propósito de las ceremonias del Jueves Santo, que ese año caía el 19 de abril– lograron que, tras el retorno de Emparan al edificio del Ayuntamiento, se reabriese la sesión que había sido levantada a media mañana la sesión del Cabildo por Emparan, su Presidente, según las ordenanzas.
De este modo “ (…)abierto el tratado por el señor Presidente [Emparan], habló en primer lugar…el diputado primero en el orden con que quedan nombrados [José Cortés de Madariaga], alegando los fundamentos y razones del caso, en cuya inteligencia dijo…el señor Presidente, que no quería ningún mando, y saliendo ambos al balcón notificaron al pueblo su deliberación”. [Acta del 19 de abril de 1810].
El pueblo, como se sabe, confirmó a voz de cuello la sustitución del Capitán General Emparan, con la expresión “No lo queremos”, resultando el poder político, de acuerdo al Acta, “depositado en este Ayuntamiento muy ilustre”. Dicho organismo asume desde ese mismo día el nombre de Junta Suprema de Caracas, y en tal carácter convocará al Congreso Constituyente de 1811 y ejercerá como primer ejecutivo de la naciente República.
