El ministro del Poder Popular para el Turismo, Alejandro Fleming, sostuvo que ya se están haciendo los trámites para elevar ante la Unesco a los Diablos de Yare como Patrimonio Intangible Humanidad, celebración que se celebra todos los años en San Francisco de Yare, estado Miranda.
Entrevistado en el programa Contrgolpe, que transmite Venezolana de Televisón, el ministro indicó que el procedimiento incluye el envío a la Unesco de material referencial e histórica de la celebración, material documental, entre otros mecanismos.
Los Diablos Danzantes se celebran desde el siglo XVIII, en el pequeño poblado de San Francisco de Yare, municipio Simón Bolívar del Estado Bolivariano de Miranda. Esta fraternidad es la más vieja y de seguro para muchos la más organizada de Latinoamérica.
Existen diferentes versiones respecto al origen de los Diablos Danzantes de Yare; la primera nos cuenta, que hace 400 años un sacerdote no tenía dinero ni creyentes para sacar la procesión de Corpus Cristi y en vista de esto Expresó: “si no hay dinero ni creyentes para sacar la procesión del Santísimo Sacramento, ¡que vengan los diablos entonces! ” El cielo empieza a centellar, desatando una fuerte tormenta, dando como resultado que un poco de diablos emerjan frente a la iglesia.
La segunda historia cuenta que durante una intensa sequía en el año de 1740 provocó que los negros desesperados por el miedo de perder la cosecha, le imploraron a Dios que lloviera, lo que ocasionó en ese año un torrencial aguacero y en agradecimiento los negros ofrecieron vestirse de diablos.
La celebración de Corpus Cristi, se realiza 9 jueves después del jueves santo de cada año, tiene en nuestra tierra un significado místico, donde se reafirma las creencias mágicas religiosas, la mayoría de sus devotos le piden al Santísimo Sacramento curarlos de alguna enfermedad, pedir por algún familiar o simplemente son devotos a este y le pagan alguna promesa en agradecimiento.
Es así como comienza el recorrido con el sonido característico del tambor de los Diablos Danzantes por todo el pueblo, visitando las casas de los pobladores hasta llegar a la iglesia. Lo más emocionante es ver cuando se escenifica la lucha del bien contra el mal, donde todos los diablos se arrodillan frente al Santísimo para ser bendecidos por el padre de la iglesia.