El guión es el mismo de hace 6 o 7 años cuando arrancó el sabotaje eléctrico dirigido a debilitar al Gobierno Bolivariano: un gran apagón nacional, una campaña de descrédito en la prensa opositora acusando a Corpoelec de ineficiente, de falta de equipos y desinversión en el sector. A seguidas una escalada de fallas locales.
Con el último gran apagón atribuido a vientos huracanados que derribaron varias torres (algo bastante raro), el plan conspirativo suma otro de sus componentes que hasta el mes de junio estuvo guardado en el “bulpén”: el sabotaje eléctrico, precisamente cuando se había logrado estabilizar el sistema, de acuerdo con el ministro Jesse Chacón.
La sucesión de apagones, que seguramente ocurrirá en los próximos días, llega en auxilio de la guerra económica, del sabotaje al servicio de agua, independientemente de la sequía (revisen cuántas bombas hay quemadas), del servicio del gas (saboteado de lo lindo, de la recurrencia de crímenes de alto impacto (asesinado mientras lo operaban) y la especulación más alta de todos los siglos.La suma de estos malestares cotidianos van elevando los grados del “arrechómetro” popular, hasta que ocurra el estallido social que esperan.
Paralelamente incrementan la descali- ficación contra el presidente Nicolás Maduro, y proliferan titulares señalando al PSUV de partido sin pueblo. O sea, este “réeegimen” no sirve, “con los adecos se vivía mejor” y “con la MUD recuperaremos el paraíso perdido”.
En verdad el problema no es Maduro, es el modelo que representa, por ello le disparan a mansalva. Si la madre Teresa de Calcuta tuviese las riendas chavistasen Miraflores, ya le hubiesen inventado un hijo bastardo o un desliz en el sótano oscuro de un convento.
Hace 3 o 4 cuatro años, cuando el comandante Hugo Chávez anunció el fin de la sequía y la recuperación del Guri, que estaba seco, el editor de un pasquín dijo que eso era mentira y que el problema eléctrico se agravaba. Inmediatamente reventaron apagones por los cuatro costados. Ese año había elecciones parlamentarias. En Anzoátegui, un estado chavista, el PSUV apenas obtuvo un puesto, el de Earle Herrera por El Tigre, mientras que la oposición ganó seis diputados. Así se perdió la mayoría absoluta en el Parlamento.
Cierto, vi Televén arrancar su informativo con tres noticias de alertas de sindicatos por la supuesta falta de mantenimiento y desinversión en el ramo eléctrico. En los diarios Notitarde y El Carabobeño, a menudo aparece un vocero sindical, o un técnico de la MUD, señalando problemas en Planta Centro o en la Refinería El Palito. Luego viene una explosión, un incendio por allá, un apagón por aquí, un titular: “Maduro es culpable de los apagones y la falta de gasolina”.