Las autoridades norteamericanas revocaron más de 100 mil visas como resultado de la orden ejecutiva que impide la entrada a Estados Unidos de nacionales de siete países predominantemente musulmanes, informó este viernes el periódico The Washington Post.
La cifra se difundió a raíz de una audiencia celebrada este viernes en la ciudad de Alexandria, en el estado de Virginia, ante una demanda presentada por abogados de dos hermanos yemeníes que arribaron al aeropuerto internacional de Washington-Dulles el sábado pasado.
El número de 100 mil sacó el aire de mis pulmones, manifestó Simon Sandoval-Moshenberg, del Centro de Justicia para la Ayuda Legal, que representa a ambos hermanos.
De acuerdo con el diario, los dos hermanos dijeron que fueron obligados a renunciar a sus visas de residencia legal y rápidamente colocados en un vuelo de regreso a Etiopía.
El abogado Erez Reuveni, de la Oficina de Litigios de Inmigración del Departamento de Justicia, no pudo decir cuántos viajeros con visado fueron enviados a sus países de origen desde el Dulles en respuesta a la prohibición.
Sin embargo, indicó que las personas con tarjetas verdes -residentes legales permanentes- llegadas a través de esa terminal aérea pudieron entrar a Estados Unidos.
Para hechos como los de los hermanos Tareq y Ammar Aqel Mohammed Aziz, que trataron de ingresar al país con visas válidas y fueron devueltos, el Gobierno parece estar intentando una revisión caso por caso.
Según el Post, a ellos y otras personas en situación similar se les están ofreciendo nuevas visas y la oportunidad de venir a territorio norteamericano a cambio de abandonar las demandas interpuestas en varios lugares de la nación.
El procurador general de Virginia, Stuart Raphael, consideró que ese enfoque poco sistemático no era suficiente, ya que no está claro el número de los rechazadas en el Dulles y otros aeropuertos.
Hace una semana el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que prohíbe por 90 días la entrega de visas a nacionales de Siria, Iraq, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen.
Esa medida, que también suspende la entrada de refugiados durante cuatro meses y de los provenientes de Siria por tiempo indefinido, provocó numerosas críticas y protestas dentro y fuera de Estados Unidos.