Tanto el comandante Hugo Chávez como el profesor Carlos Escarrá Malavé parafraseaban al poeta Andrés Eloy Blanco al decir que cuando se tiene a un hijo, se tiene a todos los hijos del mundo. Ellos tomaban estas palabras en serio y fueron muchos los hijos que tuvieron: a unos los adoptaron en la Asamblea Nacional, a otros en las Universidades, a otros en la sendas de esta Revolución que es madre de esta Generación de Oro, y otros, tuvimos el privilegio de ser producto directo de su amor infinito, como es mi caso.
En la vida he tenido muchos hermanos y me encantaría adecuar el poema y expresar así que tengo hermanos de sendas y caminos. Recuerdo cuando papá falleció, allí en la misma AN estaba Robert junto a Héctor, velando a mi padre, que es el suyo. Allí me dio el espaldarazo del hermano que había encontrado en los pasillos de la UCAB en la cual eran pocos los que manifiestamente estaban de acuerdo con este sueño que hermanos como Robert y padres como Hugo Chávez y Carlos Escarrá, han venido haciendo realidad.
En esos pasillos de la UCAB conocí a un joven con mucha energía, y visionario como lo son los que hacen historia. En algunos momentos no le seguí el paso y creí que era temerario, sin darme cuenta que era yo la temerosa. Su valentía siempre fue objeto de mi admiración, y me contenta haber tenido la oportunidad de decirlo a tiempo. ¡Valentía y visión!, ese es el legado y el compromiso que hoy nos deja Robert.
Hablamos hoy del morral que nos dejan grandes hombres y pienso que si bien están llenos de ideas y sueños por cumplir, han tenido muchos años para cumplir otro tanto. Sin duda alguna los compromisos que dejan el Gigante Chávez y el Camarada Llamarada, entre tantos otros, son compromisos que nos tomarán todo una vida; pero el compromiso que nos deja un joven que tuvo poco tiempo para soñar y tan pocas primaveras para sembrar, es un compromiso diferente.
Hoy, sus hermanos en la Matria Revolucionaria, sus hermanos en Chávez y sus hermanos en el Camarada Llamarada, tenemos más que nunca un compromiso que cumplir. Cuando flaqueemos en valentía, recordar a Robert nos servirá para afrontar la coyuntura que se nos presente, para tomar la decisión necesaria y acudir al llamado ineludible de la Matria, como él nos demostró con su ejemplo.