Tras un cónclave en La Zarzuela, los ministros y el rey Juan Carlos de España dieron su bendición al paquetazo por 65.000 millones de euros de Mariano Rajoy, mientras afuera de La Moncloa, donde el tren ejecutivo dio luz verde a la medida, centenares de trabajadores públicos abucheaban a sus dirigentes en el segundo día de protestas por los recortes.
Los funcionarios rechazan la eliminación del bono de navidad, medida que implica una reducción de entre 5% y 7% de la nómina brutal anual.
El monarca español abogó por una democratización del «sacrificio» y afirmó: «nadie puede quedar excluido de los efectos de la recuperación económica».
Al discurso de responsabilizar a «todos» por la crisis, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, declaró: «Estamos obligados a hacerlo de la mejor manera posible, y trataremos de hacerlo con la máxima justicia y equidad», según reseñó el diario local El País.
El incremento a 21% del Impuesto al Valor Agregado (IVA) se ejecutará a partir del primero de septiembre, adelantó el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro.
Mariano Rajoy también eliminó la deducción del impuesto por compra de la primera vivienda, con lo que violó una de sus promesas electorales de 2011. Además redujo a 50% la tasa de reposición de la prestación por desempleo a partir del sexto mes de paro y aseguró que con esta decisión se «estimula» la búsqueda de un nuevo empleo.