Henrique Salas Feo culmina un nuevo periodo como gobernador del estado Carabobo, gestión que ha sido calificada por muchos como la «peor de la Dinastía Salas» que se comparte con su padre, Henrique Salas Römer. Juntos, llevan gobernado esta entidad del centro del país por más de 20 años.
Luego de asumir este periodo, el gobernador de derecha se caracterizó por mantener el discurso de un supuesto déficit presupuestario, alegando que el Ejecutivo nacional no le enviaba los recursos para cumplir con sus obligaciones en pro del colectivo carabobeño.
Entre las principales fallas de su última gestión se encuentra la paralización de al menos 300 obras tal como lo denunció en reiteradas oportunidades el presidente del Consejo Legislativo Bolivariano de Carabobo, Miguel Flores.
El mandatario refirió en cada oportunidad que tuvo que no contaba con el dinero necesario para ejecutarlas, responsabilizando al gobierno bolivariano.
Sin embargo, Flores mostró en su momento las pruebas de cada transferencia recibida por el Ejecutivo carabobeño correspondiente al situado constitucional, créditos extraordinarios, entre otras fuentes de financiamiento, y en conjunto con otros dirigentes socialistas, desenmascararon a Salas Feo al evidenciar que este tenía los recursos generando intereses en la banca privada.
Pero no solo la paralización de obras marcó esta gestión del derechista Salas Feo. Muchos pensaron que al postular su nombre para un nuevo periodo culminarían las obras y mejoraría el trato hacia sus trabajadores, lo cual no ocurrió.
El gobernador prefirió mantener el discurso de la falta de recursos y no pagar la bonificación de fin de año a sus trabajadores, lo que le ha valido protestas, reclamos y hasta una huelga general por parte de diferentes sectores del ejecutivo, entre ellos los maestros estadales, jubilados y pensionados, sector salud, policías estadales y funcionarios de Protección Civil, entre otras dependencias.