“Hay que mejorar los procesos comunicacionales porque la comunicación es la energía que va a mover a esta Revolución. No solamente basta con crear una oficina de seguimiento de proyectos, no, porque va a ser técnica. ¿Y todas estas voces que están represadas, que no han encontrado ser oídas?”, opina la socióloga Maryclen Stelling, analista de la comunicación y formadora de periodistas.
“¿Por qué le entregan a Chávez tantos papelitos? Eso te dice algo. Es hermoso, pero triste y trágico, porque eso quiere decir que el único que me resuelve es él. Aquí los procesos comunicacionales, no sólo el periodismo ni la política comunicacional, tienen obstáculos”.
Por ejemplo, añade, “en el Sistema Nacional de Medios Públicos (SNMP) está pasando una duplicidad de funciones. Ese sistema tiene que tener funciones diferenciadas y necesita que le entre alimentación del entorno, la realidad”.
“Tiene que venir una política comunicacional que tenga que ver con el proceso de transición al socialismo. ¿Cómo voy a reseñar esa realidad? ¿Genuflexo o desde el deber ser periodístico? Un ejemplo concreto: la inseguridad no existe para el SNMP, pero existe para los ciudadanos que transitan por el país. En ese taparear se le ha dejado la información sobre la violencia y los delitos a los medios privados de oposición.
-¿Eso no es una decisión de Chávez?
-No sé, yo no estoy por dentro. Creo que eso es algo que hay que cambiar. Tengo pruebas de que los periodistas jóvenes que trabajan en el SNMP se sienten prisioneros, quisieran informar diferente. Ahí hay unas voces reprimidas que quieren hacer otro periodismo.
EXPECTATIVAS POSITIVAS
La semana pasada -con una inmensa participación- se celebró el foro comunicación y revolución, convocado por el titular de la Comunicación y la Información, Ernesto Villegas. Maryclen Stelling fue una de las ponentes, muy crítica sobre el rol del SNMP.
-¿El ministro Ernesto Villegas le genera expectativas positivas de que eso se va a cambiar?
-Por lo que dijo y supuso el foro, creo que tiene toda la intención de cambiar eso, porque además es un mandato del Presidente. En ese foro se generó como una suerte de apoyo hacia el propio ministro Villegas. Ese público quiere un periodismo en revolución. Primero, quieren ser oídos, quieren un ministro que los incorpore, otro tipo de información. Quieren cambios profundos.
Stelling analiza que la política comunicacional es reactiva, no propone. “Al menos teóricamente debe ser la que fije los temas. Los fijaba Chávez, pero por alguna razón las cosas fueron cambiando y la agenda ahora la fijan los medios privados y los medios del SNMP responden timoratamente”.
-¿El comportamiento de los medios y el periodismo que se hace no será por falta de una brújula, entendida como una política clara?
-Esa brújula tiene que ver con a cuál socialismo nos referimos. No está muy claro. ¿Cómo vamos a convivir con el capital privado? ¿En torno a qué? ¿Donde se está discutiendo?
LA RESEÑA DEL PAÍS
-¿Cree que sería una buena iniciativa llamar a una tregua periodística?
-Si se hacen los cambios en el SNMP y el ministro Villegas responde con celeridad. Al cambiar al SNMP eso va a impactar la manera de reseñar el país de los medios privados. Ya de alguna manera el Presidente llamó a una tregua cuando habló de dialogar.
“He sentido que en el sector privado hay intención de dialogar y participar”, añade. “Quizá se trate de una intuición de que a lo mejor no hay marcha atrás en el camino hacia el socialismo (no muy bien dibujado), donde ellos probablemente puedan tener un rol, donde las reglas no las va a definir el capital”.
A su juicio “hay una intuición que viene de muchas derrotas electorales y de un pueblo que está hablando y que ellos están oyendo. Hay una suerte de revelación electoral divina”.
Hacer foros con periodistas de oposición y a la vez cambiar el SNMP no es perder, porque el bolivariano es ganador y sencillamente abre el compás, sostiene Stelling.
Consultada acerca de si las vocerías son débiles por temor a equivocarse o a ser reprimidas, contesta: “Hablando a calzón quitao: sí. Creo que el mismo presidente Chávez es una suerte de paraguas que no solamente ampara sino que cubre demasiado”.
El líder “inauguró la frontalidad en una Venezuela socializada para no confrontar. Valoramos una falsa paz y un falso consenso. Chávez irrumpe contra eso y nos convierte en seres frontales. Pero eso tiene pro y contra: es muy bueno en la confrontación con el adversario, pero genera temor a equivocarse en el tren ministerial y en los funcionarios cercanos”.
“ESTAMOS AGOTADOS EN LA INMEDIATEZ”
“Un proceso revolucionario no debe quedarse encasillado en loas al líder de la Revolución ni en la imagen del líder de la Revolución. Un periodismo en revolución requiere periodistas formados para la Revolución, política, ideológica y técnicamente”, aporta Maryclen Stelling.
-¿Una política comunicacional es equivalente a buen periodismo?
-Una políticamente comunicacional creo que alimenta al buen periodismo, son complemenatarios.
Stelling recalca que no son los medios de información el mejor campo para la confrontación de ideologías.
“En esta transición al socialismo hemos escogido el frente electoral y el mediático: los medios son ejércitos de una batalla y a través de ellos estamos tratando de derrotar a los adversarios, pero a lo mejor no son el espacio para la discusión ideológica y política”, subraya.
-¿Este tema deberían discutirlo los intelectuales?
-Nos hemos perdido en la batalla a corto plazo, en la reacción. Nosotros no nos estamos pensando porque estamos agotados en la inmediatez. Nos hemos convertido en una suerte de laboratorio maravilloso de sociología y política. En las escuelas de comunicación del mundo se estudia lo que sucedió el 11, 12 y 13 de abril de 2002. El único sitio donde eso no se analiza es aquí.
“La gran batalla ideológica le hemos postergado. Es bueno que vengan intelectuales y hagan análisis, pero creo que llegó el momento en que hay que fortalecer el centro del pensamiento”, consideró.
En esa discusión que reclama, Stelling cree que la polarización ya no será frente a la figura de Chávez sino “frente a un modelo de Estado comunal”.
Sobre eso, acota: “He observado un pueblo maduro políticamente que sobrepasa a la burocracia”.
-¿Y a los liderazgos?
-También. Es un pueblo que está demandando participar, que lo oigan. Yo siempre digo que la carta debajo de la manga de Chávez son los colectivos, las redes del poder popular que están ahí represadas y tienen un techo de cristal que es posible romper y es el momento de abrir compuertas. Está represado y puede venir una conflictividad social.