Analistas coinciden en que debe haber una unificación cambiaria|Funcionamiento del Simadi podrá optimizarse con el tiempo

El pasado 10 de febrero fue publicado en la Gaceta Oficial Extraordinaria N° 6.171 el Convenio Cambiwwwario N° 33 que establece la implementación del Sistema Marginal de Divisas (Simadi). A pocas semanas de su funcionamiento, varios han sido los pronunciamientos, tanto a favor como en contra. El Correo del Orinoco consultó a cuatro especialistas en el área económica para indagar en torno a los alcances de esta nueva medida.

El presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, Ricardo Sanguino, asegura que en la medida en que se vaya avanzando en cualquiera de los tres mecanismos implementados para facilitar el acceso a las divisas, se logrará un mejor funcionamiento en las asignaciones. “Yo creo que en lo que finalice este primer trimestre se normalizará el funcionamiento de estos tres espacios que tienen que ver con la política de administración de divisas de nuestro gobierno”, enfatizó.

Recordó que, mediante el Centro de Comercio Exterior (Cencoex) se conceden divisas, a razón de 6,30 bolívares por dólar, “que son exclusivamente para alimentos, medicinas y todo lo que está asociado a la producción de estos, como maquinarias, equipos e insumos”.

También se refirió al Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), que unificó sus dos antiguas vertientes (Sicad I y Sicad II) para comenzar con un precio de 12 bolívares por dólar, y transar las asignaciones requeridas para todas aquellas necesidades que no están contempladas por el Cencoex.

Asimismo, hizo alusión al recién implementado Sistema Marginal de Divisas (Simadi), que trabaja en dos niveles; Uno de menudeo, que opera a través de las casas de cambio y está concebido para que las personas naturales puedan comprar 300 dólares diarios, 2 mil al mes y 10 mil al año, y otro de alto valor con el que personas naturales y jurídicas pueden obtener hasta 3 mil dólares mediante transferencias bancarias.

REFLEJAR COSTOS

Las transacciones que se realicen con estos tres mecanismos, apuntó, quedan automáticamente registradas en una base de datos y además son aceptadas por la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socio Económicos (Sundde).

Eso implica que quienes soliciten las divisas para desarrollar alguna actividad productiva, bien sea de bienes o de servicios, pueden reflejar el valor de la inversión en la estructura de costos que presenten, detalló el vocero. Esta lógica, acota, no aplica para aquellas actividades productivas que han sido costeadas con divisas obtenidas en el denominado mercado negro, dado que las mismas “no pueden ser registradas” por dicho organismo en virtud de que no tienen nada que ver con el comportamiento real del sistema financiero.

“Quien esté por encima, en la asignación de los precios, de los que han registrado esa estructura de costos en la Sundde, es un especulador. No olvidemos que la especulación, el acaparamiento y la misma generación de angustia forman parte de la guerra económica”, sentenció.

VALOR A CONVENIENCIA

De acuerdo con Sanguino, el valor de transacción del dólar paralelo se establece en la fronteriza ciudad de Cúcuta. “Desde allí es manejado a conveniencia por las mafias del narcotráfico, las mafias de los paramilitares, y las mafias de los que participan en el contrabando de extracción”, apunto.

El parlamentario asegura que la relación bolívar- dólar se hace vinculada con el peso colombiano, “porque así tienen más bolívares por dólar y pueden comprar más bienes -que son productos subsidiados en Venezuela- para llevárselos por la vía del contrabando, no solamente a Colombia, sino también a Brasil y a algunos países del Caribe”.

Ese espacio de negociación, denuncia, es ilegal “porque está fuera del sistema financiero venezolano, que lo conforman la banca, las bolsas de valores y las casas de cambio”. Dice que ni siquiera estas últimas tienen la capacidad de determinar en la frontera la relación bolívar-peso, mucho menos la relación bolívar-dólar.

INTENCIONALIDAD DISTINTA

Afirma Sanguino que todas aquellas personas que participan en “espacios oscuros de negociación” donde nadie explica con claridad lo que allí se ofrece, tienen una “intencionalidad distinta” a la de cualquier ciudadano que actúa de manera transparente. “¿Si alguien puede comprar en el Simadi, por ejemplo, un millón de dólares para una actividad productiva pagando un precio más bajo, cómo es que prefiere irse al mercado ilegal para gastar más?”, cuestionó.

El diputado refiere que hay empresas transnacionales con presencia en el país que “no han podido transferir al exterior los excedentes de su actividad económica, no la totalidad generada por la misma”, por lo tanto, no cree que sus propietarios opten por utilizar este mecanismo, porque de lo contrario estarían registrando pérdidas. “¿Quién pudiera hacer este tipo cosas?, alguien que obtuvo bolívares de manera indebida y no le importa pagar un alto precio para obtener dólares”, analizó.

En su opinión, “un productor o empresario no tiene necesidad de estar acudiendo a esa área”. Además señala que “el que quiere a su país no tiene que estar actuando de esta manera, porque esto genera distorsión en el funcionamiento de las variables financieras y económicas del país”.

Lo ideal, sostiene, es que las personas que tengan la necesidad de adquirir divisas, se hagan partícipes de las políticas implementadas por el Gobierno Nacional. “Aquí todas las políticas públicas que se han diseñado en el área social y económica han sido para el pueblo y no para el beneficio de determinados grupos económicos o parcialidades políticas”, asintió.

SISTEMA POSITIVO

Para el analista financiero José Grasso Vecchio, el nuevo sistema cambiario “es positivo”, en el sentido de que permite que personas naturales y empresas puedan acudir al mercado y adquirir divisas cuando las necesiten. “Dentro de un control de cambio es importante tener ventanas que permitan que, en un momento determinado, las personas o empresas que necesiten hacer un pago o una inversión tengan acceso a las divisas. Eso da mayor flexibilidad a la economía”, apuntó.

El tipo de cambio que resulte en el Simadi, precisa el experto, se puede conocer diariamente porque lo publica todos los días en su página web el Banco Central de Venezuela (BCV), aproximadamente a las 04:30 de la tarde, lo que además hace que este sea un mecanismo transparente.

Por otra parte, recordó que los operadores cambiarios pueden vender, más no comprar divisas, porque el sistema fue diseñado para asegurar, de alguna manera, que sean las y los usuarios quienes participen en ese mercado. A su parecer, “esto hace que los agentes cambiarios sean simples intermediarios”, pero sostiene que a futuro debe atenderse esa situación, puesto que muchos de ellos también pueden tener la necesidad de adquirir divisas para la compra de repuestos o cajeros automáticos, por ejemplo, y hasta ahora eso no está previsto.

OPORTUNIDAD DE OPERAR

De acuerdo con el director de SOFTline Consultores, para evaluar su comportamiento hay que esperar que este tenga mayor tiempo en funcionamiento. “Salir a criticar o estigmatizar un sistema que apenas tiene tres semanas, es desprestigiar algo que todavía no ha tenido la oportunidad de operar”, sentenció.

El especialista recalcó que, independientemente de que se hayan empezado a hacer las subastas, es normal que los dólares en efectivo tarden en llegar a las casas de cambio. “Para que pueda atenderse la demanda tiene que haber oferta (…) y esa oferta tiene que fluir y permear en el mercado”, detalló.

También expresó que hay que esperar que el público se acostumbre a la nueva estructura y que las casas de cambio -que tenían años que no operaban en el mercado- recuperen su ritmo normal de trabajo. No obstante, estima que la nueva política cambiaria “va en la vía correcta”.

RELACIÓN VALOR-NECESIDAD

Si bien es cierto que hace falta un mayor volumen de producción nacional para disminuir las importaciones, José Grasso expone que esa tendencia “no se viene generando ahora, sino que ha formado parte de la historia de la economía venezolana”. Esas importaciones, refiere, no tienen por qué estar determinadas por el mercado paralelo, porque para eso se establecieron tres modalidades de otorgamiento de divisas -según las necesidades requeridas- que abarcan un valor de 6,30, 12 y 170 bolívares por dólar, respectivamente.

El primer monto, recapituló, está destinado para la adquisición de alimentos y medicinas, el segundo para otras mercancías no tan prioritarias y el tercero para hacer inversiones o mover excedentes de actividades productivas. Incluso, señala que hay quienes pueden llegar a importar con divisas obtenidas mediante el Simadi mercancías que, “aunque no son un lujo, tampoco llegan a ser necesarias”, pero su costo va a basarse en el valor de esa divisa.

No obstante, alega que si el grueso de las divisas se entrega por la vía del Cencoex a 6,30 bolívares por dólar para alimentos y medicinas, los precios de esas mercancías deben reflejarse en ese monto, “pero si estos están reflejando precios del Simadi es ilegal”, porque esa modalidad no aplica para estos rubros, “y si los están reflejando con el paralelo es más que ilegal”.

DOLARIZAR SERÍA UN ERROR

Lo que si puede suceder, advierte el especialista, “es la tentación de algunas personas de querer mantener un ingreso equivalente al tipo de cambio Simadi o paralelo”. Pero en ese caso, alega que el consumidor tiene la oportunidad de combatir esa distorsión, reflexionando en torno a la realidad en la que vive: “Está en Venezuela, gana en bolívares, y tiene que pagar en bolívares”.

Sobre la experiencia de naciones cuyas economías han sido oficialmente dolarizadas, señala que habría que analizar el contexto para entender porque ocurrió esta situación. “En esos países hubo situaciones económicas muy drásticas, con desajustes muy importantes, pero a pesar de los problemas que tenemos acá nosotros no llegamos a esos extremos”, evaluó.

En Ecuador, ejemplificó, “esa medida ha funcionado, pero se tuvieron que pagar unos costos elevadísimos desde el punto de vista social”. Para el analista, “las medidas económicas no se pueden ver en un laboratorio, sino con la gente”, es decir, que deben tener rostro humano. Dice que aunque económicamente parezcan correctas, si en lo social no lo son, a la larga conducirán a un grave problema.

Enfatizó que aun cuando el precio del barril de petróleo venezolano oscile entre 50 y 60 dólares, después de haber estado en 100, “nosotros hemos tenido siempre ese ingreso petrolero -más elevado o más golpeado- y eso es lo que marca la diferencia con otros países”.

En su criterio, “de nada sirve tener una economía en crecimiento o con variables macroeconómicas óptimas, con una situación de pobreza o conflicto social”. De hecho, recordó que en Europa manejaron la crisis aplicando medidas de austeridad y los resultados no fueron positivos. “La austeridad dejó dos Europas: Alemania y el resto. Alemania es otra realidad dentro de la misma Europa, pero en los otros países la población terminó muy dañada”, comparó.

NO ES MOMENTO DE LIBERAR

Grasso estima que sería ideal converger a una modalidad cambiaria libre y unificada, “porque hay sistemas que se tienen que administrar con varios tipos de cambio y esto los hace más complejos”, pero a su parecer, no están dadas las condiciones para que eso ocurra.

“Mañana se podría decretar un solo tipo de cambio, pero tendríamos un impacto inflacionario terrible. Sin embargo, en el tiempo se podría pensar en un mercado cambiario que sea más fácil de manejar, pero te estoy hablando de años, porque en este momento no hay condiciones para eso”, acentuó. Para hacerlo, acota, se tendría que realizar un trabajo previo y generar una serie de variables indispensables que induzcan a situaciones de equilibrio y mayor producción.

Tomar esa decisión es tan complicado, esgrime, que en las pasadas elecciones presidenciales ninguno de los contrincantes planteó eliminar esa medida en su programa de gobierno, “no solamente el candidato oficial, sino también candidato de oposición, porque si hubiera tenido éxito electoral sabía que no podía quitar el control de cambio”.

EXPECTATIVAS NO CUMPLIDAS

Una impresión distinta tiene el economista Luis Oliveros, para quien el Simadi, en principio, “fue una buena idea que generó grandes expectativas”, porque constituía un espacio para que la gente pudiera adquirir divisas. “Se nos vendió como un mercado alternativo, un mercado libre, en el cual la tasa de cambio iba a fluctuar, y eso era necesario, sobre todo porque veníamos de un fracaso como fue el Sicad II y de graves problemas en el mercado cambiario”, expresó.

No obstante, señala que a casi un mes de su aplicación, este no ha cumplido con lo que inicialmente se esperaba: “Cuando comenzó, la brecha entre el Simadi y el paralelo era 12%, hoy es de 50%”. Además se prometió que mediante este mecanismo se le torcería el brazo al mercado paralelo, “cosa que todavía no ha pasado”.

Alega que “está teniendo problemas de tecnología y de plataforma” y que “no está funcionando como un mercado libre”. Asimismo, mencionó que “el volumen que se está comercializando -que mejoró esta semana con respecto a las dos primeras, luego de su implementación- es la mitad de lo que comercializaba el Sicad en su peor momento”.

También refutó que hasta el momento no ha aparecido la oferta estatal. “Si se quiere crear un mercado cambiario que funcione, automáticamente hay que contar con la oferta gubernamental, tan sencillo como que Pdvsa genera el 96% de las divisas en Venezuela. Si están esperando que vengan los privados a ofertar divisas ahí, el sistema no va a funcionar”, criticó.

DEMANDA REPRESADA

Esta situación, esgrime, “sumada a un Cencoex que ha estado funcionando con ciertos problemas y a un Sicad unificado que no ha llamado a subastas, hace que tengamos una economía con una demanda represada de dólares”. A eso añade la existencia de una “demanda nerviosa, incluso especulativa, de gente que no quiere tener bolívares -porque sabe que estos están perdiendo valor- que sale corriendo a cambiarlos en el mercado paralelo”.

Dice que “para que la inflación no le coma los bolívares, buscan invertir en algo para preservar la capacidad adquisitiva”, pero comprar un vehículo “es un problema ahorita”. Además señala que si no lo pone a trabajar “tiene un flujo de caja negativo”. Si decide comprar una vivienda, agrega, “no la puede tener desocupada, porque genera gastos, y si la alquila es un riesgo”, por ello hay gente que prefiere comprar dólares, “porque si los mete en un banco donde le ganan 0,5 % de interés, al menos mantienen la capacidad adquisitiva”.

Pero como a su parecer no hay vías para adquirirlos, muchos acuden al mercado paralelo que, “aunque es oscuro, la gente dice: Yo prefiero ir a ese mercado y resolver mi problema de una vez, que esperar por el Simadi”. Afirma que lo mismo sucedió con el Sicad II, “que empezó muy bien, con 50 millones de dólares diarios, pero que en los últimos cuatro meses del año pasado dio menos de 10 millones”.

Ante ese panorama, el experto sostiene que “las condiciones no están dadas para que el mercado paralelo baje, porque el Simadi no está cumpliendo con su rol que era calmar esa demanda, ofertar divisas y transformarse en un mercado que fluctúe realmente”.

POLÍTICA DE 2010

Lamentablemente, sostiene Luis Oliveros, el mercado paralelo “es fuerte porque el Gobierno tiene más de dos años dándole golpes y no ha podido ganarle”. En su opinión, el mismo surge “por no haber seguido con la política cambiaria que tuvimos hasta mayo de 2010”.

Para esa época, rememora, el dólar oficial estaba en 2,15 bolívares y el paralelo casi en 7 bolívares, es decir, que superaba tres veces su valor. Esa diferencia, acota, en opinión de Jorge Giordani, quien se desempeñaba en ese momento como ministro de Finanzas, “estaba destruyendo la economía”.

A pesar de esa situación, aduce que para aquel entonces no había tantas restricciones. “Hasta el 2010, uno levantaba el teléfono y compraba los dólares que quisiera, y supuestamente era legal”, esgrime. Además reseña que la transacción se hacía a través de las casas de bolsa, por tanto “había una institución que estaba dando la cara”. Ahora, con el paralelo, sostiene que la compra “se hace a cualquier persona”, y que la única garantía que se tiene es actuar “bajo un acto de fe”.

GENERAR CONFIANZA

Según Oliveros, para que el sistema cambiario funcione el Gobierno tiene que generar confianza en los agentes económicos y credibilidad en las medidas que se toman. “Eso no está ocurriendo hoy en Venezuela”, asiente.

De igual forma, precisa que el Estado debe ampliar la oferta de dólares para poder abastecer el mercado y desarrollar un plan de disciplina fiscal y monetaria: “Pdvsa sigue pidiendo dinero al Banco Central para pagar nómina y misiones, y este se lo sigue imprimiendo, lo que genera un desorden fiscal y monetario”.

Por otra parte, mencionó que el gabinete económico no tiene un plan antiinflacionario. “Se habla de que la inflación en enero fue de dos dígitos y que la de febrero posiblemente haya estado cerca, entonces solamente en dos meses la gente se comió el aumento de 15% que se decretó sobre el salario mínimo”, argumentó.

HAY DISTORSIONES

Manifiesta el especialista que el Estado debería sincerarse y unificar las tres tasas de cambio existentes. “En Venezuela no podemos seguir con estas distorsiones de tres tasas de cambio, eso es una locura, y si se suma la del dólar paralelo tenemos cuatro tasas de cambio”, fustigó. La medida, estima, “impactaría a corto plazo, pero si se hacen las cosas bien, la inflación no tiene por qué aumentar”.

Aduce que este es el único país en el mundo que tiene tres tasas de cambio, además con tanta diferencia. “Al que le dan dólar a 6,30 prácticamente lo invitan a cambiarlo por el de 180, y por si fuera poco, se puede hacer de manera legal”, fustiga. En ese sentido, señala que “obligatoriamente tenemos que ir a una unificación cambiaria y a un desmontaje progresivo del control de cambio”.

Si no se toman esas medidas, cree que “la economía va a seguir sumando distorsiones, la inflación va a seguir aumentando y Pdvsa va a seguir estancada vendiendo dólares a 6,30 y a 12, lo que la llevará a tener un flujo de caja negativo en bolívares que va a hacer que el Banco Central siga imprimiendo dinero”.

REEVALUAR Y ADAPTAR

El economista Eddy Aguirre, por su parte, no se opone al Simadi, pero estima que el mismo debe ser reevaluado y sometido a nuevas adaptaciones, puesto que “está comportándose como un mecanismo imperfecto y cerrado”.

Señala que este fue diseñado para “serenar la escalada alcista que se estaba dando en el mercado paralelo”, pero como las reglas de ese mercado “no son económicas, sino que están fundamentadas en un ámbito político y especulativo que no tiene un asidero en la ciencia económica”, es difícil, a su parecer, “aparejarlo” con el dólar oficial.

Para el docente, quien tiene a su cargo la dirección de la Escuela de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad del Zulia, “este mercado funcionará en la medida que genere confianza en el usuario, ¿y cómo se genera confianza en un mercado marginal? con reglas transparentes y acceso libre al mismo”.

Lo primero que se debe hacer, aconseja, es flexibilizarlo, “y esto pasa por darle mayor libertad y por tratar de llegar a una tasa que tienda a ser unificada”. Esa unificación, agrega, se realizaría en función del valor del dólar en el mercado real; “es decir, que habría que inyectarle mayor número de divisas para que la demanda del mercado se coloque cercana o igual a la que se está previendo”.

Esgrime que en este momento, la oferta está siendo muy limitada: “Hay una mayor demanda de lo que le corresponde a la oferta, y como ley de la economía, la tendencia es ir a una apreciación, por ello estamos viendo este comportamiento en el mercado”.

ASIGNACIÓN TRANSPARENTE

El perfeccionamiento del sistema, según el catedrático, también implica una asignación “más transparente y acelerada” a quienes acuden al mercado a demandar. “Ya vimos algunos visos de corrección cuando se autorizaron un mayor número de intermediarios; inicialmente estaban participando alrededor de 30 y en estos días creo que estamos cercanos a casi 50 operadores”, celebró.

Además destacó que es relevante inyectarle a ese mercado dólares provenientes de fuentes gubernamentales como Pdvsa: “Es importante que se coloquen esas divisas en el mercado para ir quebrando esa tendencia alcista”. Insiste en que “en la medida que haya mayor participación, el dólar tenderá a bajar, pero al flexibilizar ese mercado también se logrará que las personas no se interesen por ir a un mercado paralelo”.

Otro aspecto que se debe revisar, detalla, es que para la liquidación de los servicios que se ofrecen en las aduanas, se está tomando como referente al Simadi, cuando anteriormente se venía trabajando con 12 bolívares como tasa. “Esto tiene una incidencia en los precios de servicios como almacenaje, declaración de impuestos y tasas por servicio de aduana”, alertó. A su parecer, “debería tomarse un dólar promedio, entre las diferentes tasas, para que esto no se traslade a los precios finales de los productos”.

EVALUAR MONTOS

Insiste el profesor Aguirre en que “no es el marcaje del dólar paralelo lo que determina el comportamiento de la economía”. Está más que demostrado, refuta, que los dos mercados que maneja el Cencoex atienden a más de un 90% de las necesidades que tenemos en el país. “Algunos dicen que lo marginal está alrededor de un 5%, otros dicen que un 10%”, comenta.

Lo lamentable de esto, aduce, “es que se ha tomado el paralelo como referente para hacer el marcaje al resto de los mercados”. En tal sentido, admite que habría que hacer una evaluación para determinar si los montos establecidos por menudeo, de 300 dólares diarios, 2 mil mensual y 10 anual, son suficientes para atender la demanda.

Señala que no hay cifras sobre ese apartado, y por tanto, se podría estar especulando al respecto. Sin embargo, reitera que “la libertad de acudir al mercado y comprar las divisas que la gente requiera genera tranquilidad en el mismo y podría hacer bajar la presión”.

Sobre el valor del dólar Simadi en bolívares, cree que pudo haber arrancado con un precio base menor. “Si yo arranco con un valor estimado, que hubiese sido ideal tomar el de la tasa de Sicad II, no estuviésemos viendo una escalada alcista del paralelo, pero todo estaba fundamentado en las fuentes de divisa del Gobierno que tuvieran el flujo suficiente para poder soportar esto”, profundizó.

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T/ Héctor Escalante
F/ Héctor Rattia, Jonathan Manzano, María Isabel Batista y cortesía Eddy Aguirre

¿Es muy poco tiempo? ¡¡Qué coño!! Si en estos momentos centros de investigación capitalistas de todo tipo están laborando las venticuatro horas en aras de sus propósitos… Entonces ¿por qué carajos el revolucionario socialista se las hecha hombro y se conforma con la quejadera y lamentadera? En 15 días contínuos, con turnos de 8 horas y a café con leche y cachitos, debe salir algo más que alcornoque de las testas revolucionarias ¿o no?. Ahh, pero si se van una docena de privilegiados torpes a un hotel 5 estrellas en Margarita, a envenenar las neuronas con alcohol escocés y a sobarle las tetas a las chicas bermont… entonces continuaremos como estamos… ¡¡Este es el momento del cambio de actitudes y de aptitudes!!

  • ¿De quién es culpa que no exista el precio marcado en el producto para que el comprador tenga fundamento para reclamar? ¿Será culpa de Obama y de sus marines o será la culpa de un gabinete que no da pie con bola en materia económica? Presumiendo la buena fe, el gobierno resulta inoperante e ineficaz en lo económico porque no lo comprenden en toda la extención de su significado… Todo por la lagañas de prejucios, dogmas caducos y las prepotencias y orgullos de la izquierda rancia que se quedó en el pasado pero que estos gobernantes se empecinan en revivir…
    En estos momentos, en vez de estar buscando camorra con el imperio, el gobierno debería declarase en emergencia económica, esfumar al gabinete económico y proponerse en 15 días una estructura sistematizada de recuperación revolucionaria socialista de la economía… Los gringos se propusieron en 10 años pisar la luna… Si el proceso socialista no puede en 15 días parir la solución a esta crisis, estamos jodidos…

  • Leyendo a esta gente uno se pregunta ¿en verdad serán tan gafos o es que se hacen los pendejos? El sistema de cambio se «comporta» como cerrado porque así fue concebido… El problemilla es que se importa a 12 y se vende a 180 bs ( antes era a 50, pero al gobierno le parecía muy poco el margen de especulación y lo aumentó a 200 bolos…) Será un requetependejo el que disponiendo de un producto importado a 12 bs por dólar no lo multiplique por 15… Y el gobierno tranquilazo… Pareciera que le importa un carajo la depredación capitalista atroz que asfixia al ciudadano venezolano… ¿Dónde está en anunciado y cacareado etiquetaje de los precios ? Ej: Importadora kaluca coloca la cinta marrón para embalar el rollito en 300 Bs (una barbaridad entre barbaridades y bagabunderías entre bagabunderías, con un producto que se compraba ya caro en 40 bs y que los chinos se los suministran a precio insignificante) ¿ Por qué ese producto no tiene en precio justo? ¿Cómo reclamamos sin referencias?