Alejandro Marambio fue nombrado hoy jefe del Servicio Penitenciario Federal (SPF) tras la renuncia horas antes del anterior titular Víctor Hortel, quien dimitió luego de la espectacular fuga de 13 reos del complejo carcelario de Ezeiza en esta capital.
El nombramiento lo anunció esta noche el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak, y trascendió también que el gobierno ofrece una recompensa de 500 mil pesos, unos 90 mil 500 dólares, a quien aporte datos para la captura de los prófugos.
Hortel hizo pública su dimisión en una rueda de prensa esta tarde tras denunciar que hubo complicidades internas y externas en el complejo penitenciario, lo cual facilitó el escape de los presos.
Dijo, además, que 19 efectivos, seis celadores, cuatro jefes de turno y el director del penal de Ezeiza fueron removidos del cargo por motivo de la fuga que ocurrió en las primeras horas de esta mañana, la cual describió que tuvo características cinematográficas.
Posteriormente, el gobierno negó la existencia de un motín en Ezeiza, aunque confirmó la existencia de un carcelero herido en el marco de una riña entre presos, reportó el servicio informativo MinutoUno.
El ministro Alak desmintió categóricamente la versión que circuló sobre un motín con toma de rehenes en el mismo penal del cual escaparon por la madrugada 13 internos.
Dos de los prófugos ya fueron capturados por las fuerzas del orden, mientras en los diarios digitales y canales de televisión se transmiten las fotos de los delincuentes fugados.
Antes de renunciar, Hortel dijo que además del sumario interno, se prepara una denuncia penal contra los responsables del centro carcelario.
Para escapar, los presos construyeron un boquete en el piso de 40 por 20 centímetros, atravesando 20 centímetros de concreto.
Además, construyeron un túnel de un metro de profundidad y dos de longitud, y recorrieron 30 metros hasta un alambrado perimetral para después recorrer otros 40 y cortar dos alambrados más, siempre con herramientas prohibidas en la penitenciaria, remarcó el anterior jefe del SPF.
Este es el segundo episodio de fuga de presos en Argentina, luego que hace mes y medio dos represores de la última dictadura militar, que cumplían penas por crímenes de lesa humanidad, escaparon del Hospital Militar Central, ubicado en el barrio Palermo de Buenos Aires.
El gobierno elevó a cuatro millones de pesos, unos 722 mil dólares, la recompensa para quien aporte información que contribuya a la captura de estos dos prófugos por la relevancia que tiene el caso en la historia contemporánea argentina.