Un tribunal de menores de esta capital condenó a tres años de reclusión en un reformatorio a un joven indio encontrado culpable de la violación y asesinato de una estudiante en diciembre del año pasado.
Se trata de la primera sentencia en el caso, pues una corte de adultos debe pronunciarse en los próximos días sobre otros cuatro acusados que también violaron y torturaron a la chica, mientras un quinto, de quien se dice era el cabecilla del grupo, murió en prisión en un aparente suicidio.
Familiares de la víctima consideraron que el sentenciado debió ser tratado como un adulto, pues aunque al momento del ataque solo tenía 17 años, poco después cumplió 18 y, según testimonios de sus compinches, fue el de comportamiento más brutal.
A tenor con las leyes de la India, el nombre del condenado no se hizo público por tratarse de un menor.
Las autoridades temen que la levedad de la condena genere protestas populares como las que siguieron a la violación y asesinato de la muchacha.
Amanat (en hindi, tesoro), como le llamó la ciudadanía, fue violentada por los seis sujetos el 16 de diciembre a bordo de un ómnibus que circulaba por Delhi. A los 13 días murió a causa de las lesiones internas que le provocaron los rufianes al usar también una barra de hierro para ultrajarla.
El suceso desató una oleada de encendidas protestas por la inseguridad en la India, donde cada 20 minutos una mujer es víctima de un asalto sexual, y forzó al gobierno a endurecer las leyes contra las violaciones.