Nadie, hasta el más experto en temas políticos y de comunicación, podrá negar lo fortalecido que ha salido el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y el país en general ante las pretensiones intervencionistas del Gobierno de Estados Unidos.
El frente político interno encuentra, con esto, a una oposición políticamente derrotada en argumentos, propuestas, que resulta incapaz de presentar un proyecto de país distinto al neoliberalismo impuesto desde el Norte y que, en cambio, no tiene razones de peso para justificar todos sus intentos desestabilizadores en 16 años de Revolución Bolivariana.
Por ello, su posición ante un problema alejado de ideologías políticas, una amenaza de un Gobierno extranjero, que ha sellado la imposición de su proyecto global a sangre y fuego, que ha llenado de muerte patrias como Libia e Irak, y que ve como de a poco se le impone una realidad internacional multipolar, ha sido de absoluto ridículo.
Tal cosa, con todo y el momento económico difícil que vive nuestra Nación, debe ser saldado favorablemente por las fuerzas revolucionarias y patriotas, que se han visto movilizadas a rechazar que se nos imponga la invasión, la muerte, el desmembramiento de nuestra República, como solución a los problemas diarios que vivimos las venezolanas y los venezolanos.
La victoria de la paz, liderizada por el presidente Nicolás Maduro Moros, es el mejor regalo que en las actuales circunstancias, podemos ofrendar a nuestra Venezuela, teniendo en cuenta que este mes nos recuerda la derrota del golpe de Estado, ideado y planificado desde el seno del mismo Estado que hoy nos amenaza nuevamente, así como la Independencia Nacional, coronada para Nuestramérica en Carabobo y Ayacucho.
Sortear favorablemente este intento habría sido imposible sin tener el apoyo de toda una América Latina, en especial sus pueblos, cansada de invasiones, magnicidios y golpes de Estado de factura estadounidense, y del pueblo venezolano, mujeres y hombres que, sin distingo de ningún tipo, entendieron que la guerra como la paz, asesina o abraza a todos por igual. Este pueblo nuestro es ejemplar en luchas, nadie debe subestimar su grandeza.
walter1982@gmail.com
NOTA: Con estas líneas van las debidas disculpas al politólogo Walter Ortiz y a nuestras usuarias y nuestros usuarios porque en la edición de ayer martes se erró al incluir un texto suyo difundido con anterioridad por el CO.