La UNESCO es escenario de una feroz batalla por la renovación de su dirección, prevista el viernes, con el telón de fondo de problemas financieros debidos al bloqueo desde hace tres años de la contribución de Estados Unidos a la organización.
La actual directora general, la búlgara Irina Bokova, candidata a un segundo mandato, aparece como favorita, pero la elección se anuncia difícil a raíz de las candidaturas de Rachad Farah, embajador de Yibuti en Francia, y del universitario libanés Joseph Maila.
Bokova argumenta para pedir otro mandato la normalización de la organización y una gestión rigurosa. Farah y Maila afirman, por el contrario, que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura está perdiendo su rango y su razón de ser.
Elegida directora general de la UNESCO en 2009, Bokova debió hacer frente a la crisis financiera causada por la suspensión de la contribución norteamericana al presupuesto a raíz de la incorporación de Palestina, que se convirtió el 31 de octubre de 2011 en el 195º miembro de la organización.
La decisión de Estados Unidos significó un recorte de 22% del presupuesto de la UNESCO, que pasó de 653 millones de dólares a 507 millones.
“La crisis financiera ha quedado atrás”, sostuvo Bokova esta semana ante los 58 representantes de los países miembros del Consejo Ejecutivo de la UNESCO.
No obstante, se declaró “preocupada”, considerando que 507 millones es “un monto irrisorio en comparación con nuestro mandato”.
Para respetar el presupuesto, unas 300 personas corren el riesgo de perder sus empleos. Mil doscientas personas trabajan para la UNESCO en su sede de París y 900 en otras partes del mundo.
Eric Falt, subdirector general para las Relaciones Exteriores, señala a la AFP el “traumatismo” que significó el retiro de la contribución norteamericana. “La UNESCO hubiera podido desaparecer”, afirma, estimando que después de “sobrevivir a esta crisis, no es el momento de cambiar de capitán”.
“Todo puede suceder”
Francia, incómoda por la candidatura de Joseph Maila, franco libanés que fue director del centro de análisis y perspectivas de la cancillería francesa, renovó el miércoles su apoyo a Bokova, recalcando su “valiente política de reforma” en “un contexto difícil”, y considerando que “debe tener tiempo para llevar a cabo su programa”.
En un informe sumamente crítico, el Tribunal de Cuentas francés afirmó este año que la crisis “no justifica la falta de preparación” de la organización. Otros informes procedentes de Gran Bretaña u Australia, son, en cambio, más bien favorables a la gestión de Bokova, argumentan sus colaboradores.
El Consejo Ejecutivo de la UNESCO, que elige al director general, está dividido. La primera vuelta de la elección tendrá lugar el viernes.
“Me escandalizaría que ella perdiera”, declaró a la AFP un embajador occidental que pidió el anonimato.
Bokova “recaudó 75 millones de dólares (de otros miembros tras el retiro de Estados Unidos) y no suprimió ningún puesto ni ninguno de los principales programas” pese a la reducción presupuestaria”, argumentó la fuente.
Pero otras posiciones son menos tajantes. Bokova “es popular entre quines querían que haga esa reforma e impopular entre quienes la han sufrido”, señala un diplomático árabe, agregando que ella “se negó a cambiar el nivel de contribuciones” como lo proponían varios países.
Asimismo, su proyecto de supresión del sector de ciencias humanas, al que acaba de renunciar, provocó una airada reacción de los países latinoamericanos.
En cuanto al resultado de la primera vuelta de la votación, un embajador occidental dice estar seguro. “El apoyo de las principales potencias, Brasil, China, Rusia, India, aporta votos”, afirmó.
En cambio, uno de sus colegas árabes que lleva la cuenta de las intenciones de voto afirma que Bokova “tiene 32″. Para ser elegida necesita 30, pero “todo puede suceder”, agregó sonriendo.