La Universidad Nacional de Quilmes conjuntamente con el Instituto de Oncología Roffo, el Hospital Garrahan, el Conicet, la Universidad de Buenos Aires, en colaboración con el Centro de Inmunología Molecular de La Habana (CIM) y el Laboratorio Elea desarrollaron una vacuna contra el cáncer de pulmón.
El producto fue bautizado como «Vaxira» y ya está disponible bajo receta en las farmacias. La investigación sobre esta vacuna tuvo una duración de 18 años entre los diferentes entes que participaron.
Los expertos han asegurado que se trata de una vacuna con pocos efectos adversos, es terapéutica, como las drogas oncológicas.
Tras diversos estudios, se arrojó que las nauseas, vómitos y caída de cabello producidos por la radio y la quimioterapia no afectaran a los tratados. De igual manera, se comprobó que se triplica el número de pacientes que viven por lo menos dos años luego de su aplicación.
La eficacia clínica se comprobó en un estudio multicéntrico con pacientes que tienen la enfermedad en estado avanzado, donde se vio que la nueva vacuna es efectiva para controlar su desarrollo.
Tras las pruebas, el Gobierno de Argentina aprobó esta vacuna terapéutica de cáncer de pulmón de células no pequeñas, siempre y cuando un médico la prescriba.
En la nación suramericana mueren unas nueve mil personas cada año como consecuencia del cáncer de pulmón, con una letalidad de 86%, es decir que de cada 100 enfermos, solo 14 sobreviven.
De hecho, según la Sociedad Americana Contra El Cáncer prevén sólo en los Estados Unidos 228.190 nuevos casos de cáncer de pulmón para 2013 (118,080 hombres y 110,110 mujeres).
Mientras que la Organización Mundial de la Salud, alerta que cada año mueren 1.200.000 personas en el mundo por este flagelo.
El consumo de tabaco es el factor de riesgo más importante, y es la causa de 22% de las muertes mundiales por cáncer en general, y de 71% de las muertes mundiales por cáncer de pulmón.