Durante la ceremonia conmemorativa por el 80° aniversario de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el papa León XIV llamó a la reflexión global sobre el flagelo del hambre, al que calificó como “un fracaso colectivo, un extravío ético y una culpa histórica”.
El pontífice destacó el papel fundamental de la FAO en la lucha por la seguridad alimentaria y subrayó la urgencia de pasar de las declaraciones solemnes a la acción concreta.
En su discurso, difundido por la oficina de prensa de la Santa Sede, el Sumo Pontífice recordó que a cinco años del cumplimiento de la Agenda 2030, el Objetivo de Desarrollo Sostenible número dos —“Hambre Cero”— sigue lejos de alcanzarse.
“Sólo será posible si existe una voluntad real para ello, y no únicamente solemnes declaraciones”, expresó.
El papa alertó que, en pleno siglo XXI, más de 673 millones de personas se acuestan cada día sin comer, mientras otros 2.300 millones no tienen acceso a una alimentación adecuada. “En un tiempo en el que la ciencia y la tecnología han multiplicado los recursos, permitir que millones vivan y mueran golpeados por el hambre es la evidencia de una economía sin alma y de un modelo de desarrollo injusto e insostenible”, advirtió.
También denunció el resurgimiento del uso de los alimentos como arma de guerra en diversos conflictos, lo que —dijo— contradice el trabajo realizado por la FAO durante ocho décadas. “Pareciera alejarse el consenso que considera la inanición deliberada un crimen de guerra, mientras se violan impunemente las normas humanitarias internacionales”, lamentó.
Finalmente, el Papa León XIV instó a los líderes mundiales a actuar con responsabilidad y compasión. “Ha llegado la hora de preguntarnos si las generaciones futuras merecen un mundo que no ha sido capaz de erradicar el hambre y la miseria. Sólo uniendo nuestras manos podremos construir un futuro donde la seguridad alimentaria sea un derecho y no un privilegio”, concluyó.